Pasan los días, las horas, los minutos, los segundos y yo sigo aquí; donde mismo me dijiste adiós.
Mi cabeza da vueltas queriendo encontrar la escusa perfecta, el por qué sin equivocación, pero es como un problema sin solución. A veces pienso que el amor es como un laberinto, en muchas ocasiones encuentras la salida, y en otras te pierdes sin razón. A veces pienso que la vida tienes pies pero no cabeza y que sufrimos por una razón; porque la felicidad es cara.
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