domingo

Ahora es mi turno.

He esperado, guardado rencor, amado, llorado, sufrido, he saltado de alegría, he sido yo.
Te esperé hasta que mis brazos se cansaron de estar abiertos a la espera de tu llegada, te guardé rencor por haberme dejado sola durante un tiempo tan grande, por haberme dicho que me querías y sin embargo no habérmelo demostrado, por haberme mirado cara a cara como si fuera la única persona para ti. Te amé como nadie hubiese podido, con una locura que nadie entendería a menos que fuera igual que yo; te amé hasta que mi corazón se partió en mil pedazos, hasta que me dolió el amarte. Lloré por sentirme impotente, por haber dejado que la batalla la ganaran mis sentimientos, por dejar que mi corazón fuera tuyo y tú hicieras que dejara de sentir. Sufrí por haberte dejado entrar en mi vida, por abrirte las puertas de una forma rápida y sin pensar. Salté de alegría pensando que te había olvidado, y no es lo contrario, es sólo que ahora no te recuerdo. He sido yo, porque después de todo ha sido mi turno.

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