Nunca me he parado a pensar en lo que supondría perder a la persona con la cual has compartido el más bello de los sentimientos, pero ahora sé que no sería cualquier pérdida.
Sentí como el mundo se me venía encima y como todo acababa cuando sólo estaba empezando.
En momentos como esos el pensamiento me recalca sin pausa la palabra injusticia, pero ni si quiera el destino es capaz de decidir lo que forma parte de nuestra vida o no.
No sólo lo pienso, sé que en esta vida nada es fácil, ni si quiera decir adiós a la persona a la que has querido con todo el corazón. Quizá sea incomprensible el que hoy tengamos algo y mañana no, pero aunque las palabras se las lleve el viento, esta vez será distinto.
No voy a rendirme, ni me dejaré vencer.
No diré un adiós, pudiendo decir hasta luego.
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