A veces pienso que mi propia realidad vive por encima de mí y yo no soy más que quien la sujeta, sin más remedio a quedar debajo de ésta. Pero eso no es más que lo que me hacen creer, mi realidad es sólo un chiste de mal gusto, del cual yo puedo reírme cuando quiera.
Todos han tratado de hacerme ver que no puedo aspirar a llegar alto, porque siempre me quedaré en el medio, y lo único que siento; es tener que decirles que ya estoy en lo alto, y que de ahí nadie me va a bajar. Por desgracia hay personas que aún no se han enterado de que yo puedo ser quien soy, sin que nada ni nadie me ponga peros, o me diga como debo hacer las cosas, yo no pido consejos anónimos, ni de personas que estén cerca de mí, sólo pido vivir el sueño que yo misma he montado, no el que me han montado los demás. Siempre habrá alguien que me diga qué es lo mejor para mí, y ese alguien siempre estará equivocado porque yo sé lo que quiero. Y aunque no sea lo mejor, es lo que quiero. Y eso es lo que importa. Luchar por lo que quieres sin importarte quien se oponga a ello, o quien esté dispuesto a pararte los pies, porque sabrá que ni el mayor de los gritos ni la mayor de las falacias podrá hacerlo. Yo sé por lo que lucho. Mi autoestima es mi credo, la extravagancia mi religión, no estoy perdida. Y aunque no sé a donde voy, sé perfectamente de donde vengo. Y quién quiero ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario