Alta o baja. Gorda, flaca o rellenita. Pelo rizado o liso. Ojos azules, marrones o verdes. Nariz grande o pequeña. Sonrisa bonita o fea. Labios carnosos o finos. Boca con o sin aparatos. Brazos largos o cortos. Tetona o plana como una tabla de planchar. Piernas como las de una avestruz o paticorta. Pie del tamaño del de un jugador de baloncesto o del tamaño del dedo de una mano. ¿A caso no se dan cuenta de que no importa ninguno de estos detalles? Te hacen diferente del resto por fuera, y marcan tu vida con alguna que otra burla de algún gilipollas que se cree perfecto. Todos buscamos la perfección, todos queremos llegar a ser esa persona que no tiene ningún fallo, que es igual de hermosa por fuera y por dentro. Y no nos damos cuenta de que todos somos así. No importa como seas por fuera. Ni como te vean los demás. Importa como te veas tú, que tú sepas que eres perfecta tal y como eres. Porque cada uno de tus errores, de tus defectos, de tus contras, te hacen imperfecta. Y para quien no lo sepa, es mucho mejor ser imperfecta y poder equivocarte; que ser perfecta y tener que mirar hacia abajo cada momento para no tropezar. No importa si eres de aquí, de China o de Roma, pues todos reímos y sufrimos en el mismo idioma.
viernes
Aunque estés lejos, esta vez no pienso ir a buscarte.
Por un momento me paré a pensar en qué pasaría si esta vez el que se diera cuenta de que se equivocó eras tú, y no yo. Y ese momento de reflexión, me dio a ver que el marcador estaba a tu favor y yo, perdía.
Me quedé sentada, esperándote; pensando que si me querías volverías a buscarme y con una disculpa y la típica charla de "lo siento mi vida, no volverá a pasar nada de esto", se arreglaría todo; y el marcador pasaría a: tú 100 y yo 1. Pero no fue así. Sentada vi pasar el tiempo, vi como a mi lado se sentaban parejas y hablaban de un futuro que yo no tendría. Vi como el mundo no se paraba, seguía su curso. Y me di cuenta de que allí sentada yo no hacía nada, que se acabó el estar esperándote, y que al igual que el mundo, yo debía seguir. Sin ti. Pero debía hacerlo.
Empecé a dar mis primeros pasos después de haberme pasado mucho tiempo sentada, y me di cuenta de que en mí crecía una sensación de liberación a medida que me alejaba de aquel banco. No sabía por qué, pero estar sin ti, era como ser feliz. Con esto supe que en el mar hay miles de peces, y que porque falte uno, a mi no me debe afectar. Te marchaste. Y ahora sé cuánto puedo agradecer que lo hicieras. No confundas, esto no es un hasta luego. Es un adiós. Porque aunque estés lejos, esta vez no voy a subir tu puntuación del marcador, yendo a buscarte.
Me quedé sentada, esperándote; pensando que si me querías volverías a buscarme y con una disculpa y la típica charla de "lo siento mi vida, no volverá a pasar nada de esto", se arreglaría todo; y el marcador pasaría a: tú 100 y yo 1. Pero no fue así. Sentada vi pasar el tiempo, vi como a mi lado se sentaban parejas y hablaban de un futuro que yo no tendría. Vi como el mundo no se paraba, seguía su curso. Y me di cuenta de que allí sentada yo no hacía nada, que se acabó el estar esperándote, y que al igual que el mundo, yo debía seguir. Sin ti. Pero debía hacerlo.
Empecé a dar mis primeros pasos después de haberme pasado mucho tiempo sentada, y me di cuenta de que en mí crecía una sensación de liberación a medida que me alejaba de aquel banco. No sabía por qué, pero estar sin ti, era como ser feliz. Con esto supe que en el mar hay miles de peces, y que porque falte uno, a mi no me debe afectar. Te marchaste. Y ahora sé cuánto puedo agradecer que lo hicieras. No confundas, esto no es un hasta luego. Es un adiós. Porque aunque estés lejos, esta vez no voy a subir tu puntuación del marcador, yendo a buscarte.
jueves
Enamorarse.
Todo el mundo puede decir que "está enamorado", pero; ¿A caso sabe alguien lo que significa estarlo? Lo dudo mucho.
Estar enamorado no es decirlo y listo, es sentirlo. Sentir como una persona se convierte en lo más importante de tu vida con el trascurso del tiempo. Sonreír incluso sin quererlo, o con sólo pensar en su nombre. Es como un estado más allá de lo normal. Yo diría que estar enamorado es sobrevivir gracias a los latidos del corazón de la persona a la que quieres y dejar de tener los pies en la tierra, para empezar a vivir en las nubes. Ver los defectos de esa persona, y convertirlos en cualidades. Saber que la perfección está lejos de eso que llamamos amor, pero darnos cuenta de que enamorarnos significa eso; renunciar a buscar lo perfecto, para sentir que no hay nada mejor que lo imperfecto. Pero hay que comprender que en el amor no siempre es todo bonito. El estar así, el enamorarse, conlleva también saber que cada pelea, cada discusión, cada palabra que hiera más que la anterior, estropean las cosas. Lo que no te mata te hace más fuerte dicen algunos, pero también te hace más débil. Esos no son más que extras que trae este sentimiento, de los cuales no podemos huir, porque inevitablemente siempre están ahí. Y cuando esto ocurre, lo mejor es darse cuenta de que el amor es efímero, hoy lo tienes; pero no sabes si mañana también lo tendrás. Así que por muy enamorada que estés, asume los errores, las meteduras de pata, las equivocaciones, las peleas que provoques por tu parte, y date cuenta de que equivocarse es de valientes, pero rectificar es de sabios. Y enamorarse, enamorarse es una equivocación, la cual rectificamos día tras día.
Estar enamorado no es decirlo y listo, es sentirlo. Sentir como una persona se convierte en lo más importante de tu vida con el trascurso del tiempo. Sonreír incluso sin quererlo, o con sólo pensar en su nombre. Es como un estado más allá de lo normal. Yo diría que estar enamorado es sobrevivir gracias a los latidos del corazón de la persona a la que quieres y dejar de tener los pies en la tierra, para empezar a vivir en las nubes. Ver los defectos de esa persona, y convertirlos en cualidades. Saber que la perfección está lejos de eso que llamamos amor, pero darnos cuenta de que enamorarnos significa eso; renunciar a buscar lo perfecto, para sentir que no hay nada mejor que lo imperfecto. Pero hay que comprender que en el amor no siempre es todo bonito. El estar así, el enamorarse, conlleva también saber que cada pelea, cada discusión, cada palabra que hiera más que la anterior, estropean las cosas. Lo que no te mata te hace más fuerte dicen algunos, pero también te hace más débil. Esos no son más que extras que trae este sentimiento, de los cuales no podemos huir, porque inevitablemente siempre están ahí. Y cuando esto ocurre, lo mejor es darse cuenta de que el amor es efímero, hoy lo tienes; pero no sabes si mañana también lo tendrás. Así que por muy enamorada que estés, asume los errores, las meteduras de pata, las equivocaciones, las peleas que provoques por tu parte, y date cuenta de que equivocarse es de valientes, pero rectificar es de sabios. Y enamorarse, enamorarse es una equivocación, la cual rectificamos día tras día.
martes
Me, myself, and I.
De vez en cuando hay que hacerse a la idea de que nada en la vida dura para siempre, y que jamás puedes dar esperanzas, o intentar reanimar algo que ya está bastante muerto.
Sólo puedes fiarte de ti misma, aunque a veces te traiciones y te hagas daño, tú y solo tú eres la única persona que sabe con las piedras que debe tropezar, y aquellas que debe ignorar. De repente con todo esto me he visto tropezando sin sentido, dando vueltas metida en un tubo que me repite la misma frase una y otra vez: nunca olvides que es mejor ignorar la realidad y ser tú, a vivir en un mundo que no es el tuyo.
Siempre me he considerado egoísta; yo primera, los demás detrás. Quizá por ello me he dado cuenta de que cuando sabes a donde vas, olvidas de donde vienes, quien eras, y por qué ahora has cambiado. Yo era esa chica a la que la gente se sentía orgullosa de tener al lado. Aquella a la que muchas personas apreciaban por como era y no por lo que era, yo sabía de donde venía, sabía quien era, y no cambiaba. Y ahora, ahora ya no sé nada.
Lo típico: corazón roto, amigas que iban de "yo voy a estar aquí hasta el final" y para ellas el final se daba cuando no sabían lo que era ser amiga, y tener una amistad, y cansancio de tener que oír y repetir siempre lo mismo. Hasta hace poco supe que la vida no es más que una película que terminada una escena, rebobina. Exacto. Algo así como una rutina. Algo de lo que te cansas y dices: paso de este mundo, de la gente que intenta arruinarme y sabe que no lo va a conseguir y aún así pierde su tiempo, paso de mi vida si no puedo ser yo quien la viva, paso de amistades y de personas que no saben valorar lo que tienen, paso de esas zorras que no saben que 1+1 son dos y no tres. ¿Y qué me queda al final? Yo, yo misma, y yo. Llámalo egoísmo, pero prefiero asegurarme de que voy a ser yo la que me haga daño, antes que nadie.
Sólo puedes fiarte de ti misma, aunque a veces te traiciones y te hagas daño, tú y solo tú eres la única persona que sabe con las piedras que debe tropezar, y aquellas que debe ignorar. De repente con todo esto me he visto tropezando sin sentido, dando vueltas metida en un tubo que me repite la misma frase una y otra vez: nunca olvides que es mejor ignorar la realidad y ser tú, a vivir en un mundo que no es el tuyo.
Siempre me he considerado egoísta; yo primera, los demás detrás. Quizá por ello me he dado cuenta de que cuando sabes a donde vas, olvidas de donde vienes, quien eras, y por qué ahora has cambiado. Yo era esa chica a la que la gente se sentía orgullosa de tener al lado. Aquella a la que muchas personas apreciaban por como era y no por lo que era, yo sabía de donde venía, sabía quien era, y no cambiaba. Y ahora, ahora ya no sé nada.
Lo típico: corazón roto, amigas que iban de "yo voy a estar aquí hasta el final" y para ellas el final se daba cuando no sabían lo que era ser amiga, y tener una amistad, y cansancio de tener que oír y repetir siempre lo mismo. Hasta hace poco supe que la vida no es más que una película que terminada una escena, rebobina. Exacto. Algo así como una rutina. Algo de lo que te cansas y dices: paso de este mundo, de la gente que intenta arruinarme y sabe que no lo va a conseguir y aún así pierde su tiempo, paso de mi vida si no puedo ser yo quien la viva, paso de amistades y de personas que no saben valorar lo que tienen, paso de esas zorras que no saben que 1+1 son dos y no tres. ¿Y qué me queda al final? Yo, yo misma, y yo. Llámalo egoísmo, pero prefiero asegurarme de que voy a ser yo la que me haga daño, antes que nadie.
lunes
No tienes que ser fuerte, sólo menos débil.
Se acabaron los hoy no tengo ganas de levantarme. Está prohibido decir que no hay nada por lo que luchar porque crees que la batalla está perdida, no puedes darte por vencida al primer asalto, ya no.
Omite esos comentarios estúpidos de no quiero salir a la calle, hoy no tengo ganas de nada, no voy a maquillarme, no voy a vestirme como una princesa para que venga un sapo haciéndose pasar por príncipe, me quite la ropa de noche y pase de mí de día. Se acabó. Chica este mundo está hecho a tu imagen y semejanza, está hecho para que salgas de una puta vez a la calle y digas aquí estoy yo, y de aquí no me mueve nadie.
Hoy vas a tener ganas de levantarte, vas a luchar porque que hayas perdido la batalla, no significa que no puedas ganar la guerra. Nada de darse por vencida, en este juego o matas o te matan.
Vas a salir a la calle, te vas a maquillar, y deja de vestirte e imaginar que eres una princesa, esa etapa ya pasó hace mucho tiempo, ahora eres una mujer. Y aunque los demás no lo vean, una de las más grandes. Exacto, se te va a acercar un capullo que hará como si te escuchase mientras le habla, y en su cabeza lo único que tiene es; esta chica no pasa de esta noche. Y, ¿Sabes qué? Va a ser un capullo que se esté equivocando bastante. Nadie dijo que vivir sería fácil, ni que no hubiera gente a la cual te gustaría escupir cuando les ves, pero en eso consiste la vida; en demostrar que no estás hecha de hierro, pero que puedes estarlo cada vez que quieras. Que tú eres la única que decide quien se queda y quien se va, y que tus acciones no dependan de las consecuencias. Vive el hoy, si no quieres arrepentirte mañana. Y por una vez, equivócate. El primer error, nunca viene mal a nadie.
Omite esos comentarios estúpidos de no quiero salir a la calle, hoy no tengo ganas de nada, no voy a maquillarme, no voy a vestirme como una princesa para que venga un sapo haciéndose pasar por príncipe, me quite la ropa de noche y pase de mí de día. Se acabó. Chica este mundo está hecho a tu imagen y semejanza, está hecho para que salgas de una puta vez a la calle y digas aquí estoy yo, y de aquí no me mueve nadie.
Hoy vas a tener ganas de levantarte, vas a luchar porque que hayas perdido la batalla, no significa que no puedas ganar la guerra. Nada de darse por vencida, en este juego o matas o te matan.
Vas a salir a la calle, te vas a maquillar, y deja de vestirte e imaginar que eres una princesa, esa etapa ya pasó hace mucho tiempo, ahora eres una mujer. Y aunque los demás no lo vean, una de las más grandes. Exacto, se te va a acercar un capullo que hará como si te escuchase mientras le habla, y en su cabeza lo único que tiene es; esta chica no pasa de esta noche. Y, ¿Sabes qué? Va a ser un capullo que se esté equivocando bastante. Nadie dijo que vivir sería fácil, ni que no hubiera gente a la cual te gustaría escupir cuando les ves, pero en eso consiste la vida; en demostrar que no estás hecha de hierro, pero que puedes estarlo cada vez que quieras. Que tú eres la única que decide quien se queda y quien se va, y que tus acciones no dependan de las consecuencias. Vive el hoy, si no quieres arrepentirte mañana. Y por una vez, equivócate. El primer error, nunca viene mal a nadie.
miércoles
+¿Por qué no le olvidas ya? ¿Para qué te mientes a ti misma con todo esto?
-Él ya no es nada para mí, y si me conocieras deberías saberlo...
+Tú y yo sabemos que no es así, no le has olvidado. Aún sigues visitando su perfil a escondidas y pensando en él a cada dos por tres. Yo te conozco, y sé perfectamente lo que digo. Lo que no comprendo es como eres capaz de seguir queriéndole si todo ha terminado.
-¿Sabes? Lo que yo no comprendo es tu facilidad de ver las cosas. ¿A caso sabes lo que significa amor? Yo no me engaño a mi misma diciendo esto, sé perfectamente que le quiero. Pero ya no se cuanto. Es por eso que digo que él ya no es nada para mí. Dejó de significar algo en mi vida cuando me di cuenta de que valía más que él, y que la vida me había dado la oportunidad de encontrar el amor en la persona equivocada. Pero no me importa. Yo se lo que fui, se lo que aprendí.
+Ya claro. ¿Y sabes lo que eres ahora?
-Ahora soy una chica que sabe el camino que tiene que tomar. Ahora soy yo la que toma las decisiones por mí misma sin importarme si tengo alguien al lado a quien le afecte, es mi vida; y mi vida la dirijo yo. ¿Que quizá me precipite por un abismo del cual no tenga salida? ¿Y qué? Hoy todo está sobre valorado. Yo sé que cada vez que le miro de reojo cometo el grave error de volver a mirarle, de mirar al pasado. Pero tú no tienes ni idea de que cuando lo hago, cuando le miro, no veo más que miedo. Yo no quiero volver a ser quien fui, esa niña ya no está. Y cada vez que me doy la vuelta, y veo detrás de mí esas sonrisas que puso en mi cara, esos abrazos que me dio cuando necesitaba que lo hiciera, esos momentos que escribían en mi diario una página cada día, me entran ganas de escupirle en su cara de niño que él no fue más que otro error. El mejor de todos. Pero sólo un error. Y ahora, puedes decirme que no entiendes el por qué de que siga dentro de mí todavía. Porque yo tampoco lo sé.
+¿Y entonces?
-Aún me queda esa sensación de que algo se me viene encima, de que me va a aplastar. Y no sé por qué pero alguien decidió que debía llamarse amor. Y le doy las gracias, porque me ha servido para darme cuenta de que es un error del que se aprende mucho. Pero no importa, todo es pasajero. Y esto, también.
-Él ya no es nada para mí, y si me conocieras deberías saberlo...
+Tú y yo sabemos que no es así, no le has olvidado. Aún sigues visitando su perfil a escondidas y pensando en él a cada dos por tres. Yo te conozco, y sé perfectamente lo que digo. Lo que no comprendo es como eres capaz de seguir queriéndole si todo ha terminado.
-¿Sabes? Lo que yo no comprendo es tu facilidad de ver las cosas. ¿A caso sabes lo que significa amor? Yo no me engaño a mi misma diciendo esto, sé perfectamente que le quiero. Pero ya no se cuanto. Es por eso que digo que él ya no es nada para mí. Dejó de significar algo en mi vida cuando me di cuenta de que valía más que él, y que la vida me había dado la oportunidad de encontrar el amor en la persona equivocada. Pero no me importa. Yo se lo que fui, se lo que aprendí.
+Ya claro. ¿Y sabes lo que eres ahora?
-Ahora soy una chica que sabe el camino que tiene que tomar. Ahora soy yo la que toma las decisiones por mí misma sin importarme si tengo alguien al lado a quien le afecte, es mi vida; y mi vida la dirijo yo. ¿Que quizá me precipite por un abismo del cual no tenga salida? ¿Y qué? Hoy todo está sobre valorado. Yo sé que cada vez que le miro de reojo cometo el grave error de volver a mirarle, de mirar al pasado. Pero tú no tienes ni idea de que cuando lo hago, cuando le miro, no veo más que miedo. Yo no quiero volver a ser quien fui, esa niña ya no está. Y cada vez que me doy la vuelta, y veo detrás de mí esas sonrisas que puso en mi cara, esos abrazos que me dio cuando necesitaba que lo hiciera, esos momentos que escribían en mi diario una página cada día, me entran ganas de escupirle en su cara de niño que él no fue más que otro error. El mejor de todos. Pero sólo un error. Y ahora, puedes decirme que no entiendes el por qué de que siga dentro de mí todavía. Porque yo tampoco lo sé.
+¿Y entonces?
-Aún me queda esa sensación de que algo se me viene encima, de que me va a aplastar. Y no sé por qué pero alguien decidió que debía llamarse amor. Y le doy las gracias, porque me ha servido para darme cuenta de que es un error del que se aprende mucho. Pero no importa, todo es pasajero. Y esto, también.
lunes
El primer golpe te lo da la vida como un aviso. El segundo es para que aprendas que si no pudiste fiarte una vez, no puedes volver a hacerlo. El tercero es para que te des cuenta de que ya es hora de aprender una lección. El cuarto te indica que el camino no ha echo más que empezar y tú ya estás empezando a cansarte. El quinto tu mente te dice que ya está bien, ya has aguantado mucho, y sin embargo sigues siendo la misma tonta del primer asalto. El sexto ya no te quieres levantar, te dices: ¿para qué? Si va a venir otro golpe yo prefiero esperarlo tumbada, quizá ya no me duela tanto. Sigues caminando y ya no hay más golpes, pero empiezan los errores. Y una vez cometes uno te das cuenta que los golpes han servido para hacerte más fuerte. Y que detrás de cada cosa mala, hay algo bueno. En mi caso, está él. Todos dicen que es un error, pero los errores enseñan muchas cosas. Y a mí, no me podía haber tocado un mejor profesor.
sábado
+No entiendo esto, ¿cómo es que estás aquí conmigo, sabiendo que lo quisiste a él?
-Lo que no entiendes es que el pasado es algo que ya no forma parte de mí, ya yo no soy quien era, y me enorgullezco de ello, porque ahora te tengo a ti.
+Sabes que estaría dispuesto a colgar mi vida de un hilo con tal de que no sea la tuya la que cuelgue de uno, y que daría mi último aliento sólo por verte sonreír, sabes perfectamente quien soy, como soy, la pasta de la cual estoy echo. Y sin embargo yo de ti no sé nada. Es extraño, aún no comprendo como puedo quererte más que a mi vida si ni si quiera sé cómo eres, quién eres...
-¿Quieres saber quién soy? Muy bien. Soy una chica que se vio en brazos del tío equivocado. Una chica que pensó que quería a ese hombre pero que no se daba cuenta de lo mucho que dolía quererle. Soy aquella que estuvo a punto de tirarse a un pozo sin fondo para salvar algo que ya estaba muerto. Y ni si quiera era una chica, solo era una niña que tenía sueños, ilusiones, propósitos, ¿y sabes qué es lo más gracioso del cuento? Que dejaron de existir. Cuando un corazón deja de latir duele tanto que olvidas quién eres, de dónde vienes, a dónde vas, y por qué. Quizá por eso no sabías quién soy, porque yo tampoco lo sé. Ahora mismo estarás pensando que metes en tu cama a una extraña, que lo único que sabes de ella es lo que te imaginas, y te voy a decir algo: puede que no sepa quien soy, pero tengo claro quién quiero ser. Quiero ser aquella que despierte cada mañana a tu lado y te sonría mientras abres lentamente los ojos. La que te hace el desayuno y te lo lleva a la cama con tal de que no te levantes. Aquella que te diga mi vida doscientas mil veces al día y sigas sin cansarte de oírlo. Yo no pretendo vivir un cuento de hadas, ni recuperar el que creía que tenía. No pretendo ser la chica perfecta, es más; no quiero serlo. Lo único que conozco de mí, eres tú. Y quiero que sea así por mucho tiempo.
+Muy bien. Entonces deberías saber que por mucho tiempo es para siempre, y para siempre es un período de tiempo muy largo.
-Y tú deberías saber que siempre no es más que el comienzo. El fin está muy lejos, y yo no pienso ir a buscarlo.
+En ese caso deberías saber, que éste que está aquí está dispuesto a quererte por siempre, o mejor; para siempre.
-Y tú, deberías saber que la extraña que metes en tu cama, no te va a prometer un para siempre. Al contrario. Lo piensa cumplir.
-Lo que no entiendes es que el pasado es algo que ya no forma parte de mí, ya yo no soy quien era, y me enorgullezco de ello, porque ahora te tengo a ti.
+Sabes que estaría dispuesto a colgar mi vida de un hilo con tal de que no sea la tuya la que cuelgue de uno, y que daría mi último aliento sólo por verte sonreír, sabes perfectamente quien soy, como soy, la pasta de la cual estoy echo. Y sin embargo yo de ti no sé nada. Es extraño, aún no comprendo como puedo quererte más que a mi vida si ni si quiera sé cómo eres, quién eres...
-¿Quieres saber quién soy? Muy bien. Soy una chica que se vio en brazos del tío equivocado. Una chica que pensó que quería a ese hombre pero que no se daba cuenta de lo mucho que dolía quererle. Soy aquella que estuvo a punto de tirarse a un pozo sin fondo para salvar algo que ya estaba muerto. Y ni si quiera era una chica, solo era una niña que tenía sueños, ilusiones, propósitos, ¿y sabes qué es lo más gracioso del cuento? Que dejaron de existir. Cuando un corazón deja de latir duele tanto que olvidas quién eres, de dónde vienes, a dónde vas, y por qué. Quizá por eso no sabías quién soy, porque yo tampoco lo sé. Ahora mismo estarás pensando que metes en tu cama a una extraña, que lo único que sabes de ella es lo que te imaginas, y te voy a decir algo: puede que no sepa quien soy, pero tengo claro quién quiero ser. Quiero ser aquella que despierte cada mañana a tu lado y te sonría mientras abres lentamente los ojos. La que te hace el desayuno y te lo lleva a la cama con tal de que no te levantes. Aquella que te diga mi vida doscientas mil veces al día y sigas sin cansarte de oírlo. Yo no pretendo vivir un cuento de hadas, ni recuperar el que creía que tenía. No pretendo ser la chica perfecta, es más; no quiero serlo. Lo único que conozco de mí, eres tú. Y quiero que sea así por mucho tiempo.
+Muy bien. Entonces deberías saber que por mucho tiempo es para siempre, y para siempre es un período de tiempo muy largo.
-Y tú deberías saber que siempre no es más que el comienzo. El fin está muy lejos, y yo no pienso ir a buscarlo.
+En ese caso deberías saber, que éste que está aquí está dispuesto a quererte por siempre, o mejor; para siempre.
-Y tú, deberías saber que la extraña que metes en tu cama, no te va a prometer un para siempre. Al contrario. Lo piensa cumplir.
lunes
Querido diario.
Querido diario, esta mañana he sentido que el cielo estaba justo a dos centímetros de mi piel, con clara mueca de cansancio en la cara, y una gran sonrisa con la cual me ha invitado a entrar en un paraíso desconocido. Ya me conoces, te haces a la idea de como soy, y sabes que le he dicho que sí.
Ni te imaginas lo que se siente con esa simple palabra. He sentido como sus grandes y fuertes brazos me rodeaban, hasta dejarme sin salida, y sí, para mí ese sería el mejor de los encarcelamientos sin duda alguna. Su aliento rozaba mi cuello con delicadeza y recorría desde la primera hasta la última de mis vértebras, lo reconozco, el mejor escalofrío que jamás haya sentido. Al sentir su torso desnudo, algo puso todas y cada una de mis sensibilidades a flor de piel. Llámalo lujuria, erotismo, locura, pero si así ha de llamarse, ha sido la mejor de las locuras que en la vida he cometido. Quizá puedo ponerme una etiqueta en la frente que diga "estúpida" pues sólo supe responder a todo esto con: La vida nos da muchas veces la oportunidad de ser felices, y no sabemos si debemos arriesgarnos a cogerla en nuestras manos o dejarla escapar; ahora sé que mi oportunidad está justo aquí, y que yo no pienso dejarla ir. Y con una mueca de deliciosa felicidad en mi cara, me di la vuelta para ver la mayor de las bellezas, y a ésta le añadí: Hoy no sé si perderme en tu mirada, o dejarme llevar en el calor de tus brazos, pero si hay algo de lo que estoy segura; es de que éste es el primero, pero no el último de los días que nos quedan, mi vida.
Mi querido confidente de secretos y llantos, a día de hoy esta niña cumple 70 años. Sí, me he echo vieja, pero mis palabras no dejan de cobrar el mismo sentido que hace 55 años. ¿Recuerdas aquello que te conté? ¿Que el cielo me había invitado a un paraíso y que con él decidí vivir mi vida? Dicen que los deseos y que los propósitos nunca se cumplen, pero aquí estoy yo para demostrarles que se equivocan. Hoy me he despertado justo como en esa mañana, y él me ha demostrado que no ha cambiado nada, que pese a la vejez, las arrugas, y el cansancio de mis fuerzas; sigue queriéndome como el primer día. Hoy he comprobado que la vida siempre te da enormes golpes para luego poner un pequeño parche que los vaya sanando con el tiempo, mi parche aún sigue aquí conmigo, y me ha confesado que jamás, por nada ni por nadie, va a dejar que mis heridas vuelvan a abrirse.
domingo
Believe in yourself.
A veces pienso que mi propia realidad vive por encima de mí y yo no soy más que quien la sujeta, sin más remedio a quedar debajo de ésta. Pero eso no es más que lo que me hacen creer, mi realidad es sólo un chiste de mal gusto, del cual yo puedo reírme cuando quiera.
Todos han tratado de hacerme ver que no puedo aspirar a llegar alto, porque siempre me quedaré en el medio, y lo único que siento; es tener que decirles que ya estoy en lo alto, y que de ahí nadie me va a bajar. Por desgracia hay personas que aún no se han enterado de que yo puedo ser quien soy, sin que nada ni nadie me ponga peros, o me diga como debo hacer las cosas, yo no pido consejos anónimos, ni de personas que estén cerca de mí, sólo pido vivir el sueño que yo misma he montado, no el que me han montado los demás. Siempre habrá alguien que me diga qué es lo mejor para mí, y ese alguien siempre estará equivocado porque yo sé lo que quiero. Y aunque no sea lo mejor, es lo que quiero. Y eso es lo que importa. Luchar por lo que quieres sin importarte quien se oponga a ello, o quien esté dispuesto a pararte los pies, porque sabrá que ni el mayor de los gritos ni la mayor de las falacias podrá hacerlo. Yo sé por lo que lucho. Mi autoestima es mi credo, la extravagancia mi religión, no estoy perdida. Y aunque no sé a donde voy, sé perfectamente de donde vengo. Y quién quiero ser.
Todos han tratado de hacerme ver que no puedo aspirar a llegar alto, porque siempre me quedaré en el medio, y lo único que siento; es tener que decirles que ya estoy en lo alto, y que de ahí nadie me va a bajar. Por desgracia hay personas que aún no se han enterado de que yo puedo ser quien soy, sin que nada ni nadie me ponga peros, o me diga como debo hacer las cosas, yo no pido consejos anónimos, ni de personas que estén cerca de mí, sólo pido vivir el sueño que yo misma he montado, no el que me han montado los demás. Siempre habrá alguien que me diga qué es lo mejor para mí, y ese alguien siempre estará equivocado porque yo sé lo que quiero. Y aunque no sea lo mejor, es lo que quiero. Y eso es lo que importa. Luchar por lo que quieres sin importarte quien se oponga a ello, o quien esté dispuesto a pararte los pies, porque sabrá que ni el mayor de los gritos ni la mayor de las falacias podrá hacerlo. Yo sé por lo que lucho. Mi autoestima es mi credo, la extravagancia mi religión, no estoy perdida. Y aunque no sé a donde voy, sé perfectamente de donde vengo. Y quién quiero ser.
viernes
Aquellas valientes que gritan en silencio.
Otro día más, y se repite la rutina de siempre. Llega a casa, y el sonido de la cerradura produce en tu cuerpo el mayor de los escalofríos, el más grande de los miedos. Sabes que aún no ha pasado nada y sin embargo las lágrimas ya caen por tu rostro, tus labios producen un castañeteo y tu cuerpo se torna débil, te fallan las fuerzas, y sientes que el mundo se te viene encima. Pero sabes que eso no es más que el principio.
Te sonríe, te habla con el tono de voz más dulce que posee, y con un abrazo te dice mi amor. En tus adentros te dices a ti misma que él ya ha cambiado, que ya no es como era, que todo ha terminado y sólo porque se ha disfrazado de algo diferente. Miras el reloj, y te percatas de que ya han pasado 30 minutos desde su llegada, y aún en tu piel no a aflorado ningún moratón. Sonríes.
Él empieza a gritar, no entiendes por qué, todo iba tan bien que no podía pasar. Piensas que es imposible, que solo son palabras que dice en voz muy alta, pero que no te volverá a pegar. Te precipitaste. Te da una bofetada, y sientes como todo el dolor de su alma se concentra en el golpe, ya conoces como va este tema, eso sólo ha sido un pequeño te quiero. Intentas levantarte, y te agarras la cara porque sientes como quema el "amor" de tu marido, pero él no te deja y te da el puñetazo que no esperabas sentir, y eso, eso si que te demuestra como te quiere. Te dices que tienes que ser fuerte, que esta vez no vas a llorar porque eso es para las débiles, pero no comprendes que dejar de llorar no te hace más fuerte. No entiendes, pero esto no va de aguantar para que la única que te aplauda en silencio seas tú, y una y otra vez te viene con el cuento de la lágrima y el: "no volverá a pasar, lo juro". ¿Sabes lo que está pensando cada vez que te dice eso? Que no eres más que una mujer, que nunca te atreverías a responder uno de sus golpes, que podrá volver a pegarte porque sabe que el silencio es una cosa que se te da muy bien, que no eres más que una cobarde en esta sociedad de la cual se puede prescindir. A todas esas mujeres que son maltratadas por su marido, o por cualquiera de sus familiares, yo les digo que nunca dejen que levanten la mano en su contra, que nadie tiene derecho de venir y arrebatarles su libertad, y mucho menos enseñarles que la autoridad son ellos y sus golpes. Piensen que aunque el miedo está ahí, no están solas. Mucha gente escucha como gritan aunque lo hagan sin decir una palabra, pero si no dejan que las escuchemos, y que las ayudemos, jamás pararán las palizas. Ellos son personas al igual que ustedes, así que si en algún momento les dicen que nunca podrían con ellos, se equivocan. Pueden, y aunque no sepan cuanto, estoy segura de que mucho más que ellos.
Te sonríe, te habla con el tono de voz más dulce que posee, y con un abrazo te dice mi amor. En tus adentros te dices a ti misma que él ya ha cambiado, que ya no es como era, que todo ha terminado y sólo porque se ha disfrazado de algo diferente. Miras el reloj, y te percatas de que ya han pasado 30 minutos desde su llegada, y aún en tu piel no a aflorado ningún moratón. Sonríes.
Él empieza a gritar, no entiendes por qué, todo iba tan bien que no podía pasar. Piensas que es imposible, que solo son palabras que dice en voz muy alta, pero que no te volverá a pegar. Te precipitaste. Te da una bofetada, y sientes como todo el dolor de su alma se concentra en el golpe, ya conoces como va este tema, eso sólo ha sido un pequeño te quiero. Intentas levantarte, y te agarras la cara porque sientes como quema el "amor" de tu marido, pero él no te deja y te da el puñetazo que no esperabas sentir, y eso, eso si que te demuestra como te quiere. Te dices que tienes que ser fuerte, que esta vez no vas a llorar porque eso es para las débiles, pero no comprendes que dejar de llorar no te hace más fuerte. No entiendes, pero esto no va de aguantar para que la única que te aplauda en silencio seas tú, y una y otra vez te viene con el cuento de la lágrima y el: "no volverá a pasar, lo juro". ¿Sabes lo que está pensando cada vez que te dice eso? Que no eres más que una mujer, que nunca te atreverías a responder uno de sus golpes, que podrá volver a pegarte porque sabe que el silencio es una cosa que se te da muy bien, que no eres más que una cobarde en esta sociedad de la cual se puede prescindir. A todas esas mujeres que son maltratadas por su marido, o por cualquiera de sus familiares, yo les digo que nunca dejen que levanten la mano en su contra, que nadie tiene derecho de venir y arrebatarles su libertad, y mucho menos enseñarles que la autoridad son ellos y sus golpes. Piensen que aunque el miedo está ahí, no están solas. Mucha gente escucha como gritan aunque lo hagan sin decir una palabra, pero si no dejan que las escuchemos, y que las ayudemos, jamás pararán las palizas. Ellos son personas al igual que ustedes, así que si en algún momento les dicen que nunca podrían con ellos, se equivocan. Pueden, y aunque no sepan cuanto, estoy segura de que mucho más que ellos.
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