Puede que no sea la más indicada para decir cosas como esta, pero si sé que cuando se trata de poner palabras al azahar, soy la mejor candidata.
Las personas juzgan por algo llamado apariencia, el típico físico que te entra por los ojos y que tachas de esta manera o de la otra porque tu lema es "ver para creer", no me lo digas luego eres el típico que dice no ser como se rumorea, que no deberían juzgar la portada de un libro que dentro puede estar en blanco, que puede soltar miles de palabras por la boca pero que ni siquiera las piensa. Nadie es consciente de nada, ni si quiera de lo que dice por mucho que lo piense, o de lo que hace por mucho que se pare a reflexionar si es lo correcto o no, pero todos saben decir si es blanco o negro y tú no puedes ser quien cambie de color. Es así, vivimos en una sociedad que piensa que puede juzgarte sin que tú pongas una parada y digas que hasta aquí hemos llegado. No saben cuántos errores están cometiendo, hasta que ya los han cometido todos. La gente no vive más de lo que aparenta ser, y se equivoca cuando dice que sabe perfectamente qué hay detrás de un quién. Es cierto que nunca se sabe suficiente de alguien como para saber como es de verdad, pero la primera impresión siempre es como la segunda, nunca sabes si es verdad lo que piensas hasta que dices la primera palabra y lo compruebas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario