Tengo ganas de comprarme un billete al planeta de olvidarle, y no volver jamás a lo que fue la mejor rutina de mi vida. Ignorar que existió alguna vez un nosotros, hacer caso omiso de que está todo vacío, de que ya no hay mesa para dos. Hacerme pensar a mí misma que sólo supiste hacerme daño, y que estar sin ti es lo mejor que me había podido pasar desde que te conocí. Abandonar al tiempo aunque sea tan sólo por unas milésimas de segundos, y hacer que la vida de otro giro en el que yo salga ganando. Me doy cuenta de que los motivos por los cuales luché ya no tienen sentido, en su momento debería haberlo pensado dos veces. ¿Cuántas veces puedes destrozar un corazón, y esperar de él que siga latiendo? Jamás te diste cuenta, pero las palabras te y quiero, si van juntas significan que es algo permanente, osea para siempre. Pero ahora sé que tu concepto de para siempre, es totalmente diferente.
sábado
Tengo ganas de comprarme un billete al planeta de olvidarle, y no volver jamás a lo que fue la mejor rutina de mi vida. Ignorar que existió alguna vez un nosotros, hacer caso omiso de que está todo vacío, de que ya no hay mesa para dos. Hacerme pensar a mí misma que sólo supiste hacerme daño, y que estar sin ti es lo mejor que me había podido pasar desde que te conocí. Abandonar al tiempo aunque sea tan sólo por unas milésimas de segundos, y hacer que la vida de otro giro en el que yo salga ganando. Me doy cuenta de que los motivos por los cuales luché ya no tienen sentido, en su momento debería haberlo pensado dos veces. ¿Cuántas veces puedes destrozar un corazón, y esperar de él que siga latiendo? Jamás te diste cuenta, pero las palabras te y quiero, si van juntas significan que es algo permanente, osea para siempre. Pero ahora sé que tu concepto de para siempre, es totalmente diferente.
miércoles
My happiness.
Nos empeñamos en buscar la felicidad cada día, y no nos damos cuenta de que es ella quien tiene que encontrarnos. Y eso será donde menos te lo esperas, en el instituto, en el supermercado, en mitad de una huida.
Y cuando llega, descubres que ahí no acaba todo, que el final de un camino sólo es el principio de otro. Y lo único importante, es la persona que escoges para que camine a tu lado.
Y esconderse es lo que menos te importa, lo que te importa es que estás tocando con la yema de los dedos, eso que has estado soñando toda tu vida. Y ya sólo importa el hoy, el presente, y lo que queda por venir.
Y cuando llega, descubres que ahí no acaba todo, que el final de un camino sólo es el principio de otro. Y lo único importante, es la persona que escoges para que camine a tu lado.
Y esconderse es lo que menos te importa, lo que te importa es que estás tocando con la yema de los dedos, eso que has estado soñando toda tu vida. Y ya sólo importa el hoy, el presente, y lo que queda por venir.
Siempre no es siempre, siempre es de vez en cuando.
Sí, soy la típica ingenua que creyó en las palabras del característico capullo integral con músculos de Super man, la niña que decía ser mujer y que jamás dejaría que le hiciera daño un hombre, y a día de hoy, me he dado cuenta de que no hay hombre que no te haga daño, casi todos son diferentes por fuera, pero igual de estúpidos por dentro.
Nunca es tarde para darse cuenta de que hay que pensar muy bien todo, y aunque intenté pararme a pensar, no quise. Todos dicen lo mismo pero, ¿por qué demonios tengo que pensar? No tengo razones para hacerlo, de eso se supone que va el "amor", ¿no? Si te paras a pensar, jamás te enamoras, jamás sales perdiendo y nunca intentas ganar. ¿Mi problema? Me molesté por conocer a la persona equivocada. Puede que doliera, pero después de todo se supone que la adolescencia es la etapa de los "desamores", y tonta aquella que piensa que el amor es eterno, porque es totalmente efímero. Esa palabra tiene cinco letras, y la última marca su final. Y la historia se repite una y otra vez: creo conocer al chico perfecto, éste me enamora, me lleva por la rutina de la que pienso que nunca me voy a cansar, y cuando menos me lo espero, me da la primera pero no la última razón para que le dé una patada en su culo de niño mimado. Me dice que le perdone, que no volverá a pasar, que el tiene claro que me quiere a mí, y por siempre. Y hay algo de lo que me acabé dando cuenta después de haber vivido unas cuantas historias, siempre no es siempre; siempre es de vez en cuando. Porque me percaté de que a la vez que me di la vuelta, ése estúpido ya me estaba cambiando.
Nunca es tarde para darse cuenta de que hay que pensar muy bien todo, y aunque intenté pararme a pensar, no quise. Todos dicen lo mismo pero, ¿por qué demonios tengo que pensar? No tengo razones para hacerlo, de eso se supone que va el "amor", ¿no? Si te paras a pensar, jamás te enamoras, jamás sales perdiendo y nunca intentas ganar. ¿Mi problema? Me molesté por conocer a la persona equivocada. Puede que doliera, pero después de todo se supone que la adolescencia es la etapa de los "desamores", y tonta aquella que piensa que el amor es eterno, porque es totalmente efímero. Esa palabra tiene cinco letras, y la última marca su final. Y la historia se repite una y otra vez: creo conocer al chico perfecto, éste me enamora, me lleva por la rutina de la que pienso que nunca me voy a cansar, y cuando menos me lo espero, me da la primera pero no la última razón para que le dé una patada en su culo de niño mimado. Me dice que le perdone, que no volverá a pasar, que el tiene claro que me quiere a mí, y por siempre. Y hay algo de lo que me acabé dando cuenta después de haber vivido unas cuantas historias, siempre no es siempre; siempre es de vez en cuando. Porque me percaté de que a la vez que me di la vuelta, ése estúpido ya me estaba cambiando.
martes
Jamás me limito, no le temo al destino.
Antes creía que lo mejor era intentar olvidar, desconocer del pasado que había vivido porque las huellas que había marcado no eran del todo perfectas, hacer que las bocas de mi alrededor callaran, que no dijeran nada de lo que fui por pura sensación de salir perdiendo. Y ahora la única que pierde es esa sensación.
Ya no me importa si olvido o recuerdo, porque las dos cosas van juntas y nunca se puede escapar de lo que fuiste una vez, eso siempre te persigue, y al fin y al cabo te acabas acostumbrando a sentir el aliento del pasado en el cuello. Me da igual lo que desconozco o conozco, acabo ignorando todo y me canso rápido de las situaciones, sí lo sé soy una hipócrita, pero nadie es perfecto y cuando alguien lo sea, ése podrá criticarme, mientras tanto mas vale que calléis si no queréis ser callados. Nunca he dejado unas huellas perfectas, pero lo perfecto aburre, y lo imperfecto atrae. Ahora las bocas nunca callan, siempre hablan e insinúan tantas cosas que no me da tiempo a reírme de todas, total no importa lo que hablen de mi, si no que yo sepa quien soy. Ya no hay malas sensaciones, ahora sólo queda el destino, y estoy dispuesta a mostrarle mis dientes e hincarle un gran bocado.
Ya no me importa si olvido o recuerdo, porque las dos cosas van juntas y nunca se puede escapar de lo que fuiste una vez, eso siempre te persigue, y al fin y al cabo te acabas acostumbrando a sentir el aliento del pasado en el cuello. Me da igual lo que desconozco o conozco, acabo ignorando todo y me canso rápido de las situaciones, sí lo sé soy una hipócrita, pero nadie es perfecto y cuando alguien lo sea, ése podrá criticarme, mientras tanto mas vale que calléis si no queréis ser callados. Nunca he dejado unas huellas perfectas, pero lo perfecto aburre, y lo imperfecto atrae. Ahora las bocas nunca callan, siempre hablan e insinúan tantas cosas que no me da tiempo a reírme de todas, total no importa lo que hablen de mi, si no que yo sepa quien soy. Ya no hay malas sensaciones, ahora sólo queda el destino, y estoy dispuesta a mostrarle mis dientes e hincarle un gran bocado.
lunes
You and I.
Es verdad que la ficción no hace más que meternos mariposas en la cabeza, y que el mundo es totalmente al revés de como me lo imaginaba, ¿pero qué más da? Sólo sé que él forma parte del mío, y con eso me basta para desconocer que hay otro mundo más.
La realidad es sólo un cuento de mal gusto, siempre he preferido vivir en la luna y en marte porque ahí sólo tengo que preocuparme de estar sujeta al suelo. No existen palabras demasiado grandes, ni bocas que al hablar queden muy pequeñas. Mi única realidad es tener ganas de verle despertar cada mañana, de decirle que le quiero en silencio pero con una locura frenética, hacerle sonreír en momentos que paren el tiempo y que vea que como yo, nadie le hará sentir igual. Puede que pida mucho a veces, pero es sólo porque su perfección no tiene límites y sé que lo imposible, es totalmente posible. Me quedo mirando su rostro y pienso que ya no existe nada más que se le pueda comparar, no puedo ignorar que le quiero más que a mi vida y que por él daría hasta lo que no tengo. Y el futuro es sólo algo que está a la vuelta de la esquina, y yo sé que para siempre es sólo el comienzo.
La realidad es sólo un cuento de mal gusto, siempre he preferido vivir en la luna y en marte porque ahí sólo tengo que preocuparme de estar sujeta al suelo. No existen palabras demasiado grandes, ni bocas que al hablar queden muy pequeñas. Mi única realidad es tener ganas de verle despertar cada mañana, de decirle que le quiero en silencio pero con una locura frenética, hacerle sonreír en momentos que paren el tiempo y que vea que como yo, nadie le hará sentir igual. Puede que pida mucho a veces, pero es sólo porque su perfección no tiene límites y sé que lo imposible, es totalmente posible. Me quedo mirando su rostro y pienso que ya no existe nada más que se le pueda comparar, no puedo ignorar que le quiero más que a mi vida y que por él daría hasta lo que no tengo. Y el futuro es sólo algo que está a la vuelta de la esquina, y yo sé que para siempre es sólo el comienzo.
jueves
La vida no es más que un tubo y yo, la moneda que gira dentro.
A veces siento como cualquier palabra me puede, que las batallas están ganadas por mis contrincantes, y que ya no habrá guerra porque no me atrevo a pedir la revancha.
Y es cierto, hay ocasiones en que mi vida me pide luchar y mi corazón me dice que no puedo seguir, que debo rendirme o él dejará de latir. Ocasiones como en las que el amor se me presenta en la puerta, con un ramo de flores en una mano, una caja de bombones en la otra, y vestido de etiqueta me dice que "me quiere", situaciones como esas son las que hacen que me plantee el cerrar la puerta, acostarme en el sofá y hacer que ese traje de Armani con patas, se canse de tocar el timbre. No sería la primera, pero tampoco la última vez. Y otras veces sólo quiero decirle que se mache, que no vuelva a mi portal, que no se pare en mi felpudo, que deje de tocar mi timbre, que no me envíe más regalos, que me olvide como yo lo olvidé hace ya tiempo. Pero en esta vida no puedes elegir, las cosas vienen solas. Y al final, siempre veo como ese traje de etiqueta con patas se aleja con un ramo de flores marchitas y una caja de bombones derretidos, y una flecha de cupido partida por la mitad, y clavada en el corazón. Y son momentos como esos los que hacen que me de cuenta, de que esta vida no es más que un tubo, y que en cada curva se repite el mismo día una y otra vez.
Y es cierto, hay ocasiones en que mi vida me pide luchar y mi corazón me dice que no puedo seguir, que debo rendirme o él dejará de latir. Ocasiones como en las que el amor se me presenta en la puerta, con un ramo de flores en una mano, una caja de bombones en la otra, y vestido de etiqueta me dice que "me quiere", situaciones como esas son las que hacen que me plantee el cerrar la puerta, acostarme en el sofá y hacer que ese traje de Armani con patas, se canse de tocar el timbre. No sería la primera, pero tampoco la última vez. Y otras veces sólo quiero decirle que se mache, que no vuelva a mi portal, que no se pare en mi felpudo, que deje de tocar mi timbre, que no me envíe más regalos, que me olvide como yo lo olvidé hace ya tiempo. Pero en esta vida no puedes elegir, las cosas vienen solas. Y al final, siempre veo como ese traje de etiqueta con patas se aleja con un ramo de flores marchitas y una caja de bombones derretidos, y una flecha de cupido partida por la mitad, y clavada en el corazón. Y son momentos como esos los que hacen que me de cuenta, de que esta vida no es más que un tubo, y que en cada curva se repite el mismo día una y otra vez.
lunes
Allá tú con tu conciencia, y sigue viviendo de la apariencia.
Puede que no sea la más indicada para decir cosas como esta, pero si sé que cuando se trata de poner palabras al azahar, soy la mejor candidata.
Las personas juzgan por algo llamado apariencia, el típico físico que te entra por los ojos y que tachas de esta manera o de la otra porque tu lema es "ver para creer", no me lo digas luego eres el típico que dice no ser como se rumorea, que no deberían juzgar la portada de un libro que dentro puede estar en blanco, que puede soltar miles de palabras por la boca pero que ni siquiera las piensa. Nadie es consciente de nada, ni si quiera de lo que dice por mucho que lo piense, o de lo que hace por mucho que se pare a reflexionar si es lo correcto o no, pero todos saben decir si es blanco o negro y tú no puedes ser quien cambie de color. Es así, vivimos en una sociedad que piensa que puede juzgarte sin que tú pongas una parada y digas que hasta aquí hemos llegado. No saben cuántos errores están cometiendo, hasta que ya los han cometido todos. La gente no vive más de lo que aparenta ser, y se equivoca cuando dice que sabe perfectamente qué hay detrás de un quién. Es cierto que nunca se sabe suficiente de alguien como para saber como es de verdad, pero la primera impresión siempre es como la segunda, nunca sabes si es verdad lo que piensas hasta que dices la primera palabra y lo compruebas.
Las personas juzgan por algo llamado apariencia, el típico físico que te entra por los ojos y que tachas de esta manera o de la otra porque tu lema es "ver para creer", no me lo digas luego eres el típico que dice no ser como se rumorea, que no deberían juzgar la portada de un libro que dentro puede estar en blanco, que puede soltar miles de palabras por la boca pero que ni siquiera las piensa. Nadie es consciente de nada, ni si quiera de lo que dice por mucho que lo piense, o de lo que hace por mucho que se pare a reflexionar si es lo correcto o no, pero todos saben decir si es blanco o negro y tú no puedes ser quien cambie de color. Es así, vivimos en una sociedad que piensa que puede juzgarte sin que tú pongas una parada y digas que hasta aquí hemos llegado. No saben cuántos errores están cometiendo, hasta que ya los han cometido todos. La gente no vive más de lo que aparenta ser, y se equivoca cuando dice que sabe perfectamente qué hay detrás de un quién. Es cierto que nunca se sabe suficiente de alguien como para saber como es de verdad, pero la primera impresión siempre es como la segunda, nunca sabes si es verdad lo que piensas hasta que dices la primera palabra y lo compruebas.
domingo
El mayor error que no me arrepiento de haber cometido.
¿Sabéis esas veces en las que sientes que no hay nada mejor que lo que estás viviendo? Pues sí hay algo mejor que eso, él.
A cada paso que doy siento como su mano estrecha la mía no dejándome sola nunca. Cada sonrisa que me dirige es como si en ella me dijera que me quiere, que no puede vivir sin mí; y son momentos como esos los que hacen que valga la pena despertarme cada mañana. Sé que no hay nada más perfecto que la profundidad y la perfección de su mirada, cada vez que levanto la vista sus ojos hacen que mi piel se torne débil y tienda a erizarse cada centímetro de mi cuerpo. No es rey de ningún reino muy lejano, no tiene un gran castillo en el cual organiza elegantes bailes, pero sin embargo me trata como la más importante de las princesas. Tiene defectos, los cuales hacen que le quiera cada día más. Gracias a él, sé que el mejor paisaje que se puede observar es la belleza que guarda. Muchos chicos no hacen más que presumir de un gran físico, pero por dentro no hay nada. Y él, es totalmente reversible. Hermoso por fuera, y aún más hermoso por dentro.
Reconozco que la vida es justa, puede que muchas veces nos duelan sus golpes, pero lo hace para que nos demos cuenta de que detrás de cada golpe, uno de sus besos hará que todo haya valido la pena. Se dice que la vida está echa de errores, y si así es, él es el mayor error que no me arrepiento de haber cometido.
A cada paso que doy siento como su mano estrecha la mía no dejándome sola nunca. Cada sonrisa que me dirige es como si en ella me dijera que me quiere, que no puede vivir sin mí; y son momentos como esos los que hacen que valga la pena despertarme cada mañana. Sé que no hay nada más perfecto que la profundidad y la perfección de su mirada, cada vez que levanto la vista sus ojos hacen que mi piel se torne débil y tienda a erizarse cada centímetro de mi cuerpo. No es rey de ningún reino muy lejano, no tiene un gran castillo en el cual organiza elegantes bailes, pero sin embargo me trata como la más importante de las princesas. Tiene defectos, los cuales hacen que le quiera cada día más. Gracias a él, sé que el mejor paisaje que se puede observar es la belleza que guarda. Muchos chicos no hacen más que presumir de un gran físico, pero por dentro no hay nada. Y él, es totalmente reversible. Hermoso por fuera, y aún más hermoso por dentro.
Reconozco que la vida es justa, puede que muchas veces nos duelan sus golpes, pero lo hace para que nos demos cuenta de que detrás de cada golpe, uno de sus besos hará que todo haya valido la pena. Se dice que la vida está echa de errores, y si así es, él es el mayor error que no me arrepiento de haber cometido.
sábado
Cuentan personas que saben mucho sobre este tema, que el amor no es más que una situación en la que te ves diariamente con una persona y que ese sentimiento no es más que una escusa para unirse a alguien. Todos conocemos las típicas novelas de grandes escritores que nos venden la gran irrealidad de la vida, o las típicas películas de engañabobos que nos ponen los de Disney o que vemos en la cartelera del cine y nos disponemos con una sonrisa a invitar a nuestro "novio" para verla juntos. Y todos nos equivocamos porque el amor empieza por un hola y un te quiero, pero no termina. Decimos que ninguno de nosotros es capaz de escribir una novela de amor, porque no es escritor, ¿A caso hace falta serlo? No nos damos cuenta pero la verdad es que cada uno es capaz de escribir su propia historia de amor. Con o sin final. Las verdaderas historias son aquellas que no tienen un principio concreto, aquellas cual principio no es detectable por palabras o indirectas, si no por gestos. Sí, así es. No sirve de nada que te pares a ver mil películas románticas, ningún chico va a tropezar contigo por la calle, te va a tirar tus cosas, te las va a recoger y con una mirada se va a enamorar de ti; la realidad está muy lejos de eso. Pero cuando te des cuenta de que siempre has tenido a tu lado al idiota perfecto, al idiota al que estabas queriendo de otra manera sin haberte dado cuenta antes, ese que te sacaba desquicio y que luego no paraba de hacerte sonreír, te darás cuenta de que la realidad es totalmente irreal, porque empezarás a vivir toda una película.
miércoles
¡Mi vida!
El chico más especial de todos, el que de verdad vale la pena, el niño que para mí; es lo más grande.
Porque eres mi vida, y te quiero más que a nadie y más que nada en este mundo. Porque nueve veces por ti vivo, y diez; por ti muero.
No sabes cuanto daría por pasar a tu lado, el resto de mis días. Y que cada día, muera y resucite mejor que el anterior.
Por ti estoy dispuesta a lo que no hubiera estado por nadie, y ten por seguro que esta niñita te querrá toda una vida, y lo que queda del infinito.Porque eres mi vida, y te quiero más que a nadie y más que nada en este mundo. Porque nueve veces por ti vivo, y diez; por ti muero.
lunes
Muchas personas cambiarían su vida por la de otros, o incluso dejarían de ser quienes son a precio de costo.
¿Por qué cambiarte por otro pudiendo ser mejor que cualquiera? Quizá sea esa la pregunta del millón, después de todo la mayoría de las personas no tienen personalidad, se paran a mirar lo que hacen otros, los imitan, y para colmo siguen su rastro sin dudarlo dos veces, sin percatarse de que el que está por delante ya habrá tropezado con la piedra que deberías haber tropezado tú, y que ya no será tu error, habrás dejado de aprender y de ser persona, para no ser más que alguien que imita a un objeto.
Me pregunto si soy diferente, si de verdad pueden señalarme como si fuera una persona que destaca por no hacer lo que otros quieren o lo que me piden, o si me miran y me insultan porque sé como responderles.
Alomejor soy yo la normal, y ellos son los bichos raros. Porque quizá, sólo quizá deberíamos ir contracorriente, demostrar que nada ni nadie nos puede poner el pie encima para decir que no podemos con algo, dar a ver que las palabras que salen de bocas ajenas no son más que eso, palabras; y que sólo sirven para enseñarnos que la envidia es muy mala. Y la amistad, muy traicionera.
Los errores y las lecciones son aquellos que nos enseñan que la personalidad es lo que nos diferencia, que aquellas personas que ven más allá de sus narices y que verdaderamente saben valorar, se dan cuenta de que hay que pensar, para poder existir. Al igual que yo. Hay que aprender que esta vida te moldea a tu imagen y semejanza, no a la de los demás. No hay por qué ser como quieren, pudiendo ser una misma.
¿Por qué cambiarte por otro pudiendo ser mejor que cualquiera? Quizá sea esa la pregunta del millón, después de todo la mayoría de las personas no tienen personalidad, se paran a mirar lo que hacen otros, los imitan, y para colmo siguen su rastro sin dudarlo dos veces, sin percatarse de que el que está por delante ya habrá tropezado con la piedra que deberías haber tropezado tú, y que ya no será tu error, habrás dejado de aprender y de ser persona, para no ser más que alguien que imita a un objeto.
Me pregunto si soy diferente, si de verdad pueden señalarme como si fuera una persona que destaca por no hacer lo que otros quieren o lo que me piden, o si me miran y me insultan porque sé como responderles.
Alomejor soy yo la normal, y ellos son los bichos raros. Porque quizá, sólo quizá deberíamos ir contracorriente, demostrar que nada ni nadie nos puede poner el pie encima para decir que no podemos con algo, dar a ver que las palabras que salen de bocas ajenas no son más que eso, palabras; y que sólo sirven para enseñarnos que la envidia es muy mala. Y la amistad, muy traicionera.
Los errores y las lecciones son aquellos que nos enseñan que la personalidad es lo que nos diferencia, que aquellas personas que ven más allá de sus narices y que verdaderamente saben valorar, se dan cuenta de que hay que pensar, para poder existir. Al igual que yo. Hay que aprender que esta vida te moldea a tu imagen y semejanza, no a la de los demás. No hay por qué ser como quieren, pudiendo ser una misma.
sábado
En este juego de dos, ya sólo juega un corazón.
Es fácil querer ignorar el adiós, tan fácil que ni siquiera hay que hacerlo existir.
He olvidado tantas cosas, incluso como era el sabor de tus labios. Hoy tan solo me veo riendo alrededor de gente que conmigo no encaja, quizá porque el camino entre nosotros ya se separó.
Me he dado cuenta de que sólo quiero ignorar al pasado, no escucharle, no hacerle caso.
Han pasado los días desde aquel 25, y ya no hay corazones rotos, ni pedazos que recoger del suelo, ya no estás tú, ya no te quiero yo. Sé que olvidar a una persona es la forma de querer recordarlo para siempre, y yo no te quiero olvidar, ni si quiera recordarte. Sé que fuiste el mayor de mis errores y que los errores nos enseñan a no tropezar dos veces con la misma piedra. Esto no es una despedida, ni una reclamación por nada, sé que los momentos que vivimos quedarán marcados y que las huellas no se borran, al menos éstas no. No era más que un juego, dos niños que nos divertíamos lanzando un balón de sentimientos al aire; un balón que por no ser cuidadosos cayó al suelo y estalló. En este juego de dos, ya sólo juega un corazón, y no es el mío.
He olvidado tantas cosas, incluso como era el sabor de tus labios. Hoy tan solo me veo riendo alrededor de gente que conmigo no encaja, quizá porque el camino entre nosotros ya se separó.
Me he dado cuenta de que sólo quiero ignorar al pasado, no escucharle, no hacerle caso.
Han pasado los días desde aquel 25, y ya no hay corazones rotos, ni pedazos que recoger del suelo, ya no estás tú, ya no te quiero yo. Sé que olvidar a una persona es la forma de querer recordarlo para siempre, y yo no te quiero olvidar, ni si quiera recordarte. Sé que fuiste el mayor de mis errores y que los errores nos enseñan a no tropezar dos veces con la misma piedra. Esto no es una despedida, ni una reclamación por nada, sé que los momentos que vivimos quedarán marcados y que las huellas no se borran, al menos éstas no. No era más que un juego, dos niños que nos divertíamos lanzando un balón de sentimientos al aire; un balón que por no ser cuidadosos cayó al suelo y estalló. En este juego de dos, ya sólo juega un corazón, y no es el mío.
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