viernes

Un secreto muy real.

Te voy a contar un secreto, pero tienes que guardarlo muy bien. Aunque la gente te pregunte, te amenace, aunque te ofrezcan cosas para poder averiguarlo: tienes que prometerme que jamás lo dirás, y que jamás te olvidarás de estas palabras, porque no las voy a repetir. Acércate, más, más, bien, cierra los ojos, olvídate del mundo, sólo escucha mi voz... Atento ¿eh? Te quiero.

Scusa ma ti chiamo amore!!!!

Niky: ¿Me lo prometes?
Alessandro: ¿El qué?
Niky: Lo que estoy pensando...
Alessandro: Te lo prometo, amor.

sábado

Felicidades, mi vida.

Hoy es un día muy muy especial, te haces un año mayor. Ya tienes un año más de saber cómo es la vida, de haber vivido y aprendido, de haber querido y dejarse querer. Justo hoy: 14 de julio de 2012, se cumplen 45 años desde que nació la persona más maravillosa y grandiosa de este mundo: Mi madre. 
Mamá, como ya he hecho muchas otras veces: quería agradecerte todo lo que has hecho por mí, todo lo que me has dado, y lo que me has permitido aprender de ti. Agradecerte que hayas hecho de mí lo que soy hoy, y que no te hayas cansado de levantarme cuando caigo. Muchas gracias, de verdad, porque sin ti en muchas ocasiones no habría salido adelante; tu apoyo es lo más grande para mí. No he sido la hija perfecta, lo reconozco. No voy a decir que siempre he hecho caso de tus consejos, porque no es así. No voy a negar, que en muchas ocasiones llenas de tensión y nervios, te he faltado al respeto, y aunque ya te haya pedido perdón en su momento: quiero que sepas que aunque no lo demuestre (bien sabes cómo soy), para mí eres muy importante, y que un "lo siento" no bastará siempre.
Muchos dirán a sus madres: te debo la vida porque tú me la diste. Pero en mi caso no es así. Es cierto que si tuviera que dar la vida por ti no me lo pensaría dos veces, pero también es cierto que por deber: te debo más que mi vida. Te debo miles de sonrisas, abrazos, momentos, consejos, lágrimas, risas... Y espero poder pagártelo algún día. 
Bueno Conchi: sé que esto no es lo más grande que te he escrito, pero dice un refrán que "es mejor escribir pocas palabras y decir mucho, que escribir mucho y no decir nada." Eres la madre más perfecta de este mundo, y me alegro cada día de tenerte conmigo. Y si madre no hay más que una: agradezco que tú, seas la mía. 
Feliz cumpleaños mi vida, disfruta mucho de este cumpleaños y de los que te quedan, porque son muchos. Y sonríe, que tienes la sonrisa más bella que este mundo haya visto nunca.




Te amo.



Solo tememos a lo desconocido.

Y sin embargo, el miedo es lo que nos hace sentir más vivos. Lo conocido alimenta el bienestar, lo desconocido alimenta la duda. ¿Será esta la última vez que sientas algo igual? ¿Volverás a enamorarte de alguna sonrisa como te enamoraste de la suya? ¿Tendrás otra oportunidad para conocer lo que desconoces? La incertidumbre nos mantiene al borde, despiertos, en suspense, al filo de la posibilidad. Nos hacer ver que sentir desconfianza o miedo por lo que pueda pasar, es tener que confiar en que en su momento: sabrás como solucionarlo. Por eso solo tememos a lo desconocido, porque nunca sabemos cómo evitarlo. Es algo que siempre nos hace dudar, cómo teniendo la mayor de las respuestas delante, no podemos responder una pregunta. Y quizá lo tememos por eso, porque siempre intentamos buscarle una respuesta a todo, si bien dicen que los porqués de la vida no pueden responderse: dejemos de temer de una vez, y empecemos a vivir.

jueves

Olvida el ayer, solo sé mío.

¿Recuerdas esas tardes sin parar de hablar? No había segundo en el que con alguna de nuestras tonterías: la conversación no parase. ¿Recuerdas todas las promesas hechas? Solo se nos quedó atrás La Luna, supongo que era porque ya vivíamos allí. ¿Recuerdas todos esos "buenos días mi vida" que quedaron por decir, o esas noches que nos imaginamos? Es increíble como puedo tenerlas tan dentro... Hablando de recuerdos, ¿te acuerdas de que te quise más que a mi vida y lo estropeaste todo? Seguro que sí, yo también. Como si fuese ayer.
Pero, ¿sabes qué? Olvídalo todo. Bórralo. Has vuelto, he vuelto, y eso es todo lo que quiero tener presente, todo lo que me importa. En su momento prometimos un para siempre, no fue así. Pero quizás necesitábamos esto: separarnos, para darnos cuenta de que ni tú, ni yo, somos nada sin un nosotros. Para que nos quedase claro que cada momento, cada cosa que recordamos y vivimos fue, y es nuestro: y eso no nos lo quita nada de lo que pueda pasar, ni nadie. Quizás necesitabas darte cuenta de que ocupé un lugar en ti por alguna razón, y necesitabas volver a encontrarla. Reconocer que formé parte de ti por algo, y poder ver: que aún me quieres. Quizás necesitaba darme cuenta de que decirme a mí misma: "ya no siento nada", era reconocer una vez más lo mucho que te echaba de menos. Afirmar que ningún suceso, te barrería de mi vida. Tragármelo todo, y decir: que aún te quiero. Así que olvidemos todo, y de nuevo: volvamos a La Luna, de donde nunca debimos irnos.

miércoles

La realidad.

La realidad es:
Cuando una mujer llora por un hombre, simplemente: lo ama de verdad.
Cuando un hombre llora por una mujer, simplemente: no amará a otra igual.

martes

Solo soy una chica.

Me gusta que me llamen guapa, pero nunca lo creeré. No siempre estoy bien, pero odio admitir que estoy mal. Normalmente siempre sonrío, pero no siempre es una sonrisa real. Trabajo duro para conseguir las cosas, pero no siempre lo logro. Intento ser una chica dura, pero soy la más dulce que jamás encontrarás. Me gusta que me hagan reír cuando me estoy triste, pero no siempre lo consiguen. Espero el momento de sentirme querida, pero ese momento: siempre tarda en llegar. Me hago ilusiones, quizá sea la más ilusa de todas las chicas del mundo y tengo esperanzas, supongo que como todos; aunque siempre hay un "pero" que las destroza. Lucho por el chico al que quiero, incluso cuando sé que esta por otra. En fin: solo soy una chica.

Una mirada: vale más que mil palabras.



Hay varias maneras de mirar a alguien. Se puede mirar a las personas de abajo a arriba, con admiración, o de arriba a abajo, con desprecio. Se puede mirar a alguien atravesadamente, demostrando tu afán por querer lejos a esa persona, o con los ojos llenos de brillo, dando a ver que para ti no es solo alguien. Puedes mirar de forma lasciva, irónica, ardiente, enamorada, pasiva, divertida, tímida... Pero una vez la vida te ha enseñado unas cuantas lecciones importantes, se puede aprender a mirar a las personas a los ojos: de tú a tú.

lunes

Solo sienten desamor, quienes antes han sido amados.

Cuando has querido, tu alma no olvida, por mucho que sí lo haga tu mente. El amor pasa a formar parte de tu ADN, tu esencia. Es sabiduría y pensamiento, arraigados en lo más íntimo del corazón y del alma. Y ello puede ser una bendición y una maldición.
No hay forma posible de rellenar el vacío, ni tratamiento eficaz contra el dolor persistente del amor perdido: salvo su regreso.

domingo

Tanto para amar, tanto para aprender.


Verdadero hasta la última letra.


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Lo odio.


Si tu eres un pájaro: yo también.


Cada cosa a su tiempo.

Las personas entran o salen de nuestras vidas por toda clase de razones, la mayoría de ellas relacionadas por como racionamos nuestro tiempo. La diferencia entre hacer las cosas en el momento debido o no, entre hacer amigos o crearse problemas, es por lo general una cuestión de disposición. Realmente hablamos de tiempo, de momentos. No hay nada más inútil, que encontrarse en el lugar adecuado en el momento equivocado.

sábado

A veces, hay cosas que es mejor callarse.

Las palabras no solo sirven para expresar las emociones, también ayudan a distanciarse de éstas. Pueden ser una gran red de seguridad, que protege el corazón de una excesiva exposición, que separa los verdaderos sentimientos en sílabas forjadas concienzudamente y no en efusiva "sinceridad". También pueden ser malinterpretadas, infligiendo heridas al crear en la mente del otro una falsa impresión. Digamos lo que digamos: a veces, hay cosas que es mejor callarse.

Todos sufrimos por ilusionarnos, pero todos necesitamos crearnos ilusiones.

Todos tenemos nuestras ilusiones, salvo los monjes retirados en lo alto de un monte o los poetas que han dejado su tintero seco. Todos tenemos alguna que otra esperanza. Es más, no es que las tengamos: es que las necesitamos. Alimentan nuestros sueños y nuestras vidas como una bebida energética con dosis extra de cafeína. Como ese pequeño éxtasis que sientes la primera vez que fumas, o bebes. Como esa pequeña escalada a la cumbre del placer cuando alcanzas un orgasmo. Al fin y al cabo, todos tenemos ilusiones, todos esperamos algo: que le dé sentido a todo.

Orgullosa.

Tal vez estamos en el mundo para buscar el amor, encontrarlo y perderlo, una y otra vez. Con cada amor volvemos a nacer y con cada amor que termina se nos abre una herida. Y aunque en mí se hayan abierto numerosas heridas: estoy llena de orgullosas cicatrices

jueves

A veces, no es fácil decir las cosas.

Hablar es barato. Si no lo fuera, la gente tal vez dejaría de lanzar "te quieros" a diestro y siniestro como si fuese una frase rebajada en un cajón de la sección de oportunidades. Ser tacaño con los sentimientos, guardarse de expresarlos hasta el instante propicio, debería concederles más valor a ojos de aquel con quien finalmente te sinceras, por mucho que tarde en llegar ese momento. Si estás con la persona acertada, es una inversión que merece la pena. La pega es que, a veces, esperas tanto para escuchar esas palabras que acabas roto por dentro.

Desconfía de quien te diga: "confía en mí".

La confianza no se regala. En toda relación es lo que más cuesta ganarse y lo que antes se pierde. Es más, solo hay una cosa peor que el: "ya no te quiero", y es el: "ya no confío en ti". Lo primero incumbe al otro. No se puede hacer nada respecto a un cambio en el sentir del corazón. Lo segundo te incumbe a ti, y a nadie más que a ti.

domingo

Tre metri sopra il cielo.

Siempre hay un momento en que el camino: se bifurca. Cada uno toma una dirección, pensando en que al final los caminos se volverán a unir. Desde tu camino ves a la otra persona cada vez más pequeña. 
No pasa nada, estamos hechos el uno para el otro. Al final estará él. Pero al final solo ocurre una cosa: llega el puto invierno...
Y de repente te das cuenta de que todo ha terminado. De verdad.
Ya no hay vuelta atrás, lo sientes. Y justo entonces intentas recordar en qué momento empezó todo, y descubres que todo empezó antes de lo que pensabas. Mucho antes. Y es ahí, justo en ese momento: cuando te das cuenta de que las cosas solo ocurren una vez. Y por mucho que te esfuerces ya nunca volverás a sentir lo mismo, ya nunca tendrás la sensación de estar: a 3 metros sobre el cielo.