Siento haber dejado de quererte. Siento haber podido olvidarte y en vez de pasar página, cambiar de libro. Siento haber aprendido que no eras más que otro error, otro profesor disfrazado de capricho con mi nombre grabado a fuego. De verdad, lamento haberme dado cuenta de que no eras para mí.
Pero por una vez me siento libre, siento que soy yo. Y no me hagas lamentar haber aprendido a valerme por mí misma, haber aprendido a no necesitarte: fue tu culpa, me dejaste sola, y sola tuve que aprender a caminar. No te reprocho nada, gracias a ti me di cuenta de que en la vida no tienes por qué caminar dándole la mano a alguien, pudiendo caminar con las manos libres.
P.D: Si hay algo que lamento más que nada, es de no haberme dado cuenta antes de que podía seguir, contigo o sin ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario