miércoles

We must learn, when we have to stop.


Hay un momento en una parte de nuestras vidas en el que debemos darnos cuenta de que ningún esfuerzo, ni si quiera el mayor de todos: logrará cambiar ciertas cosas. Pero, ¿cuándo se supone que debemos darnos cuenta? Jamás nos dejamos abatir y mucho menos nos rendimos ante algo que queremos conseguir, entonces, ¿cuándo se supone que vamos a aprender a dejar de esforzarnos por un sinsentido? Quizá es eso por lo cual nos hacen daño o nos lo hacemos a nosotros mismos. Porque no sabemos cuándo parar, cuándo decir que fue suficiente o cuándo darnos cuenta de que: se acabó. A raíz de esto, nace la ignorancia. Aquella que nos ciega y que nosotros mismos dejamos que lo haga. Porque somos inteligentes de alguna manera, pero no lo suficiente como para percatarnos de que: no debemos buscar, donde no hay.

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