lunes

Olvídame hoy, y no me recordarás mañana.

La vida queda lejos de todo lo que hacemos día a día. Sonreímos ante los problemas, reímos las gracias de vez en cuando por no hacerle el feo a alguien, y que no falte el detalle que se nos pone siempre por delante; nos enamoramos. Y desgraciadamente nunca de quien deberíamos. Quizá y solo quizá porque la vida nos pone delante a un capullo integral solo para que nos demos cuenta de que querer es sufrir, es saber que no hay un solo color, si no varios. Y que cuando quieres, lo haces de manera tan inusual que incluso duele.
Aprendemos a caer y a levantarnos y a ganar, pero no a perder. Cuando pierdes, debes darte cuenta de que no era para ti, de que estaba hecho para tropezarse en tu camino y que te toparas con él un solo segundo, pero nunca algo más del tiempo estimado. Y después de todo lo que somos capaces de aprender y poner en práctica, nunca llegamos a saber lo que es olvidar. Está claro. Nunca olvidamos, porque en el intento de hacerlo, sólo recordamos una y otra vez lo mismo. Pero quizá ya sea hora de que te des cuenta de que ya no formas parte de mi libro. Créate uno propio, y déjame despegar tu página, para seguir leyendo.

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