jueves

Breathe

  
Una suma de mis partes y: ¿qué obtengo de resultado? Nada. Hay tantas cosas por las que me gustaría decidirme, guiarme, dejarme llevar... Y del mismo modo, son tantos los inconvenientes. No es fácil esto de querer saber qué hacer y no tener el control de tus pasos. Impulsos por todas partes, eso es lo único que me queda. Un impulso que finalmente me empuje hacia algo que me llene, o me deje aún más vacía. Un soplo de viento que mueva mis pies como si de papel se tratase, que me aleje de la indecisión sin sacarme de ella. Porque si en algún momento la necesito, será cuando no me convenga saber lo que siento y entonces será como un comodín que me ayude, que me permita decir: "solo estoy indecisa, eso es todo." Y después de querer huir y apartarme, sigue quedando un eco alrededor de esto. Un eco que me abraza aún cuando no quiero que lo haga, que envuelve todo lo que pienso y lo desecha. Un eco que suena a ti. Que retumba en las paredes de mi consciencia, me debilita y a la vez me da una fuerza sobrehumana. Sé que reniego de toda esta parafernalia, de lo que ahora es y lo que antes fue pero no puedo evitar sentir que necesito ese eco para seguir. Para destruir aquello que intente acabar conmigo, para encontrar ese impulso correcto. Lamentablemente, te has convertido en el centro de mi desconocimiento. Mi nada, mi parte rota. Eres oxígeno tóxico para mis pulmones y aún así: no puedo dejar de respirarte. 

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